Antes de hacer esta transición de carrera, era ingeniera, pero la verdad es que no me sentía feliz. Era un trabajo que me agotaba por completo, solía llegar a casa extremadamente cansada. Solía decir que era una persona amargada. Sentía un vacío angustiante, como si estuviera atrapada en un ciclo constante de insatisfacción… No tenía tiempo para nada, apenas podía pasar tiempo con mi familia o hacer las cosas que realmente me hacían feliz. Recuerdo que vivía en piloto automático. Incapaz de conformarme, no creía que la vida se redujera a trabajar para pagar facturas.